Con la torpeza del que da sus primeros pedales sin los ruedines de apoyo en la rueda trasera de la bici van las palabras de hoy. Caminando por el papel inseguras, tímidas, perezosas.
Últimamente las palabras escasean y las pocas que se animan a salir se pierden entre insulsas historias a las que no consigo dar color, como si solo supiese escribir letras en blanco y negro.
Pero, ¿qué hay del resto?, ¿dónde están esas otras palabras que antes animaban a salir a las mías más tímidas?
Entonces recordé algo que me dijo alguien alguna vez: cuando no encuentres palabras, búscalas en los libros. Y eso hice, leer, hasta que salieron.
“Eso es la escritura: el esfuerzo de trascender la individualidad y la miseria humana, el ansia de unirnos con los demás en un todo, el afán de sobreponernos a la oscuridad, al dolor, al caos y a la muerte”.
Sacada de contexto la frase de Rosa Montero quizá suena algo fuerte; pero conserva la esencia máxima de estas palabras: tender un hilito de luz con el que agarrarme a quien lo lea.
A falta de palabras, historias en el cine, como la de Ben, que me recordó la de Silvia. Y ambas, que en dos horas una historia bonita quita el mal sabor de boca de la escasez de palabras.
miércoles, 11 de febrero de 2009
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